Alice Milliat
Alice Milliat

Alice Milliat; la pionera que luchó por la participación femenina en los Juegos Olímpicos

Horas después de la clausura de los Juegos Olímpicos Tokio 2020, las Olimpiadas siguen dando mucho de qué hablar. Este año, pudimos disfrutar de las participaciones de más atletas femeninas, pero su presencia no hubiera sido posible sin Alice Milliat. Gracias a ella, las mujeres hemos podido competir en los Juegos Olímpicos formalmente desde 1938.

Todo comenzó en…

Alice nació en Nantes, Francia en el año de 1884. Desde muy pequeña, había practicado distintos deportes, como natación y hockey. Incluso entrenó como remadora en las cuidad de Támesis. Sus talentos no sólo se reducían a lo atlético ya que también era políglota, hablaba 7 idiomas, y esta habilidad le permite más adelante a conseguir el sueño de impulsar el deporte femenino.

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Durante el siglo XIX, el papel de las mujeres durante Los Juegos, era solamente el de “coronar” a los ganadores hombres. Al principio, sólo militares y burgueses practicaban deportes, ya que el propósito principal era demostrar virilidad y masculinidad. Laetitia Usse, de la Fundación Alice Milliat, recuerda que “Los hombres las veían como ‘gallinas ponedoras’, cuyo único propósito era dar a luz.”

Ocurría el año de 1894 cuando el barón Pierre de Coubertín creó el Comité Olímpico Internacional (COI), sólo dos años después, se celebraron en Atenas los primeros Juegos Olímpicos de la era moderna. El mismo Pierre consideraba que las mujeres no tenían cabida en el ámbito deportivo. Incluso en 1925, el barón dijo que:

“Una Olimpiada femenina sería poco práctica, falta de interés, sin atractivos e impropia. El héroe olímpico real, en mi opinión, es el hombre adulto. Los Juegos Olímpicos deberían ser solo para hombres, el papel de las mujeres debería ser, principalmente, coronar a los ganadores”.

Este pensamiento era demasiado común durante esa época, pues para los hombres era inconcebible que las mujeres pudieran sobresalir en lo atlético, ya que creían éramos demasiado débiles.

No fue hasta 1915 que Alice fue reconocida como la primera presidenta del club deportivo femenino francés Fémina Spor. Su trabajo como presidenta la llevó a organizar carreras de campo traviesa y partidos de fútbol femeniles.

La Segunda Guerra Mundial

Mientras esta lucha por incluir a las mujeres en el deporte ocurría, la Segunda Guerra Mundial apenas comenzaba. En el libro Más que olímpicas (Cúpula), Paloma del Río y Juan Manuel Surroca mencionan que

“el sacrificado papel de la mujer en la Primera Guerra Mundial avaló la tesis de Milliat de que, si estas eran aptas para las duras tareas en las fábricas mientras los hombres combatían a muerte en el frente, también estaban capacitadas para competir deportivamente, y no entendía la oposición del COI a su presencia en los Juegos Olímpicos”.

Fue entonces que Milliat, fastidiada de tanta indiferencia, en 1922 instituye en París los Juegos Olímpicos Femeninos, como respuesta al desinterés del COI. Este encuentro deportivo se replicó cada cuatro años entre 1922 a 1934.

Durante los juegos de 1926 en Suiza, se percibió un éxito en la participación y asistencia, por lo que se demostró que sí existía un gran interés por el deporte femenino.

Al ver el éxito de este evento, el COI y la Asociación Internacional de Federaciones de Atletismo (IAAF) decidieron integrar a través de cuatro pruebas el atletismo femenino en los Juegos Olímpicos de 1928 en Ámsterdam. La IAAF aceptó incorporarlas en dichas pruebas al sentir temor por la consolidación de los Juegos Femeninos. Negoció con Alice Milliat y así ella se convirtió en la primera mujer en formar parte de un jurado olímpico.

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Jurado olímpico

Pero, estas integraciones no respondían en su totalidad a lo que Alice pedía, por lo que los mundiales de la Federación Internacional Deportiva Femenina continuaron con dos convocatorias más en los años de 1930 y 1934.

Hoy la recordamos

Alice no sólo luchó para reclamar el espacio de las mujeres en los Juegos Olímpicos, si no incluso entrenó para convertirse en medallista y batió récords. Fue la primera mujer en recorrer remando 80 kilómetros en el río Sena en menos de 12 horas.

El trabajo de Alice concluyó en 1938, cuando las entidades olímpicas comenzaron a darle un mayor espacio a las mujeres, logrando que el atletismo femenino formara parte de la Asociación Internacional de Federaciones de Atletismo.

Milliat falleció el 19 de mayo de 1957, a los 73 años. Lamentable murió en el olvido. Pero la fundación Alice Milliat, consolidada en 2016, trabaja para reivinidicar el legado de la pionera.

“La Fundación Alice Milliat trabaja por la exposición y promoción del deporte femenino. Ayudamos a construir proyectos de arraigo a la actividad física de las mujeres jóvenes, la integración social por el deporte, la búsqueda de un deporte más inclusivo y el desarrollo de prácticas paradeportivas. Más ampliamente, todas las acciones que permitan una consideración más justa de la mujer en el deporte.“ Se lee en su sitio.

Alice Milliat impulsó el deporte femenino, y su existencia fue la mayor prueba que luchar por causas justas, significan un bien mayor para todas las que están por venir. Su objetivo era que las mujeres pudieran participar plenamente en todos los deportes y lo logró. Los Juegos Olímpicos Tokio 2020 nos lo recuerdan.


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