El insomnio es el trastorno del sueño más frecuente. Según la Organización Mundial de Salud (OMS) aproximadamente el 40 por ciento de la población mundial sufre de ello, pero el hecho de que un porcentaje tan alto de la sociedad lidie con este padecimiento, no quiere decir que sea algo normal ni disminuye sus consecuencias.
El insonmio consiste en tener problemas para dormir y/o permanecer dormido, puede afectar a gente de todas las edades, pero es casi un 50 por ciento más común en las mujeres. Tiende a ser crónico en un 60 por ciento de los casos.
Las personas con cáncer, diabetes, asma, enfermedades cardiacas y padecimientos mentales tienen una predisposición muy grande a desarrollar insomnio. A pesar de que las causas varían, la mayoría de los casos están relacionados con depresión, ansiedad, falta de ejercicio, hábitos alimenticios perjudiciales, estrés, cambios de horario e ingesta de alcohol y cafeína en exceso.
Las consecuencias de este trastorno pueden incluir: fatiga diurna, problemas de concentración, irritabilidad, debilitación en el sistema inmunológico, disminución en el rendimiento académico, laboral o deportivo, problemas al relacionarse, aumento de posibilidad de sufrir un accidente o desarrollar alguna enfermedad y envejecimiento prematuro.
El insomnio se clasifica principalmente según la duración, causa, y tipo de problema para dormir:
Clasificaciones del insomnio
Según la duración:
- Insomnio agudo:
- Dura días o semanas.
- Generalmente causado por situaciones de estrés, cambios en la vida o eventos traumáticos.
- Insomnio crónico:
- Dura al menos tres noches por semana durante tres meses o más.
- Puede estar asociado a condiciones médicas, psicológicas o hábitos de sueño.
Según la causa:
- Insomnio primario:
- No está directamente relacionado con ninguna condición de salud latente.
- Puede deberse a factores como el estrés, cambios en el horario de sueño o entorno.
- Insomnio secundario:
- Es el resultado de otra condición médica o mental, como la depresión, la ansiedad, el dolor crónico o el abuso de sustancias.
Según el tipo de problema para dormir:
- De conciliación:
- Dificultad para quedarse dormido.
- De mantenimiento:
- Dificultad para mantenerse dormido.
- Despertar precoz:
- Despertarse muy temprano y no poder volver a dormir.
Aunque no existe una cura determinada para el insomnio, una lista de opciones comunes para solucionarlo a corto plazo son beber tés, infusiones, o leche caliente, tomar baños con agua caliente.
Pero para tener resultados favorables y mantenerlos, es necesario solucionar el problema desde la raíz y cambiar hábitos que repercuten negativamente en el sueño, como establecer una rutina regular; crear un ambiente cómodo y libre de distracciones; limitar las siestas durante el día; no consumir cafeína, alcohol o nicotina antes de acostarse; realizar ejercicio regular, pero no cerca de la hora de dormir.
El insomnio no se presenta de la misma manera, por las mismas circunstancias y con la misma intensidad en todas las personas, así que en algunos casos puede que sea necesario recurrir a medidas más drásticas, como lo son las terapias, atención psicológica y medicación.
El tratamiento más adecuado depende de la situación individual de cada persona y debe ser discutido con un profesional de la salud para asegurarse de abordar todas las posibles causas y encontrar la solución más efectiva.
El insomnio es un padecimiento, un trastorno complejo que no debe ser subestimado, y puede tener un impacto significativo en la vida diaria y la salud general de una persona, por lo tanto lo ideal sería evitar uso el término a la ligera, ya que trivializa experiencias dolorosas y serias de quienes realmente las sufren. Esto perpetúa estigmas y desinformación, desensibilizando a la sociedad sobre la gravedad de estos problemas. Es fundamental respetar y sensibilizarse con los padecimientos ajenos para fomentar una cultura de empatía y comprensión.