El 1 y 2 de noviembre se recuerda a los difuntos con la festividad de Día de Muertos, para lo cual se coloca un altar con las fotografías de los seres queridos que ya no están, aunque también se ponen otros elementos entre los que está el famoso Pan de Muerto, con azúcar y que se puede acompañar con un chocolatito caliente.
El Pan de Muerto está inspirado en rituales prehispánicos, pero en la actualidad se ha convertido en una pieza clave de las ofrendas; la forma de este pan consiste en una pequeña esfera en el centro de la parte superior que representa un cráneo y cuatro canillas que representan huesos. Esta forma simboliza los cuatro rumbos del nahuolli o universo.
Ingredientes y variaciones del Pan de Muerto
En el altar de muertos hay algunos elementos que originalmente no existían, pero se incorporaron cuando se combinaron las celebraciones católicas con el Día de los Muertos, por ejemplo, el Pan de Muerto que representa la eucaristía y la flor de cempasúchil que es la guía de los difuntos en su camino.
Los ingredientes principales del Pan de Muerto son la harina de trigo, azúcar, huevos y normalmente está adornado con ajonjolí o cubierto de azúcar. Aunque también hay sus variaciones como por ejemplo, los que están rellenos de chocolate o crema de avellana; los que son de sabor vainilla y naranja o los que están cubiertos de cajeta.
El origen del altar de muertos
El origen del altar de muertos se inicia en las culturas prehispánicas. Una ofrenda similar a la que se conoce hoy, era la de la diosa Cihuapipiltin, que era dedicada a las mujeres que morían debido al primer parto; la creencia de ese entonces, era de que rondaban por el aire causando enfermedades entre los niños, es por eso que les hacían regalos en el templo o en las encrucijadas del camino.
Las ofrendas consistían en panes de diversas figuras como mariposas o rayos (xonicuille) hechos a base de amaranto y “pan ázimo”, que era de maíz seco y tostado. Otros ofrecían unos tamales (xucuientlamatzoalli) y maíz tostado llamado Izquitil.
El equivalente al Pan de Muerto como ahora se le conoce sería el “huitlatamalli”, que era una especie de tamal. En la época prehispánica se hacía la “papalotlaxcalli” o también conocido como pan de mariposa que era exclusivo de esta ceremonia. Consistía en una tortilla en la que se le imprimía a la masa aún cruda un sello en forma de mariposa, una vez cocida, se pintaba coloridamente.
Tres opciones para disfrutar del Pan de Muerto
De acuerdo con la revista Sabor y Estilo, estas son tres diferentes presentaciones para que disfrutes del delicioso sabor del Pan de Muerto:
Con chocolate caliente
Cuando baje la temperatura, puedes aprovechar y preparar un chocolate caliente al estilo tradicional mexicano, para que así puedas remojar el Pan de Muerto; la combinación de sabores te va a encantar.
Rellénalo con crema batida o mermelada
¿Quién dice que no se le puede agregar ingredientes extra al Pan de Muerto? Agrégale un toque especial rellenándolo con crema batida o mermelada. Incluso puedes agregar algunas frutas como fresa o durazno para darle aún más sabor.
Pan de Muerto con ajonjolí
Si buscas una opción más saludable, puedes optar por el Pan de Muerto con ajonjolí, una opción con menos azúcar, pero igual de rica para aquellos que cuidan su alimentación.
Fuente: Gobierno de México.