El analfabetismo digital, la falta de planificación y la brecha educativa, son obstáculos para el profesorado en medio de una transición de aprendizaje de emergencia.
Desde mediados de marzo, el sistema educativo en todo el mundo ha tenido que tomar paso, sin alternativa o precedente alguno, hacia el mundo del aprendizaje en línea. La conversación entre organizaciones y autoridades en este rubro se ha abierto, discutiendo si la enseñanza remota de emergencia es la mejor opción para garantizar la continuidad de la educación como la conocemos. Distintas escuelas en nivel básico y superior se han apresurado en las medidas tomadas, dejando como consecuencia al alumnado y profesorado abrumados entretanto se define el rumbo más adecuado durante esta crisis.
La mayoría de las universidades se encontraban preparadas frente a esta transición virtual, con herramientas, sitios y rutas online ya previamente utilizadas durante su ciclo académico regular. Por otro lado, el nivel básico ha sido sorprendido con la desagradable experiencia que ha representado este cambio tan inesperado, siendo este un entorno totalmente desconocido para la mayoría de los docentes, quienes afirman no sentirse preparados para afrontar este desafío. “La injusta distribución de conectividad, así como la poca exploración de los docentes en plataformas digitales, quienes no saben aterrizar contenidos en un aula digital, son algunos de los obstáculos a los que se enfrenta la instrucción de niñas y jóvenes”, así lo plantea David Calderón, director ejecutivo de Mexicanos Primero, para el Sol de México.
Enseñanza online vs. Enseñanza remota de emergencia
En Estados Unidos, una encuesta nacional realizada por ClassTag, plataforma gratuita dedicada a la comunicación para escuelas, revela la preocupación que ha ido creciendo durante los últimos meses alrededor de las clases en línea y el profesorado de nivel básico. “El aprendizaje remoto en la educación temprana es un territorio desconocido”, señaló Vlada Lotkina, cofundadora y directora ejecutiva de ClassTag, para Forbes. “Y esta encuesta muestra que los docentes, ahora más que nunca, necesitan el apoyo de la comunidad edtech para pasar por esta transición rápida y exitosamente”.
“El aprendizaje remoto en la educación temprana es un territorio desconocido”.
Este reporte fue realizado en línea, y recolectó respuestas de más de 1,274 escuelas públicas y privadas en Estados Unidos. La mayoría de las profesoras y profesores encuestados pertenecían al nivel básico, siendo el 60 % proveniente de educación primaria y un 20 % de preescolar. El dato más alarmante de esta encuesta nos afirma lo que ya muchas sospechábamos: Más de la mitad de las personas encuestadas (56.7 %) afirma que no se sienten preparados para dar clases en línea. Cuando se les preguntó acerca del liderazgo que se ha tomado en esta transición crítica, el 43 % de docentes compartió que son ellos quienes han tomado la decisión de qué plataformas utilizar desde el cierre de escuelas. Esto trae una luz desfavorecedora al visualizar las herramientas más recurridas: el 68.8 % comparte documentos con sus alumnos, sólo uno de cada tres docentes planea utilizar grabaciones de video y menos del 13 % dice hacer uso de live streaming. Al indagar las aplicaciones que las personas encuestadas están manejando, la mayoría mencionó Google Drive y Google Classroom, mientras que ningún otro producto de instrucción remota logró obtener un porcentaje de utilización mayor al 10 %. “Muchos distritos se están apresurando hacia nuevas plataformas y están escaneando hojas de trabajo para que el alumnado los haga en línea, sin construir una educación atractiva y efectiva, lo que implica algo de estrategia”, dijo Richard Culatta, director ejecutivo de ISTE para The Hechinger Report.
Si la mayoría de los docentes en el nivel educativo temprano están principalmente apoyándose en este tipo de recursos, muy probablemente significa que no estamos preparados para lo que requiere un aprendizaje en línea eficiente. Intentar replicar horarios presenciales por este medio puede generar serios problemas en la relación que los estudiantes generen con el concepto de escuela vía online.
“El mayor problema es que no hay suficiente tiempo para realmente hacer la capacitación que un docente necesita para entender cómo enseñar en línea”.
A esto podemos agregar que el profesorado encuentra que impartir su material por medio de clases en línea, es un método difícil para evaluar el desarrollo del alumnado. “Nosotros nos guiamos con la observación para dar una evaluación, al no observar a los niños y niñas es difícil hacer esa valoración de qué está ocurriendo con los aprendizajes”, asevera Aissa Reyes, supervisora escolar de preescolar en las región de Donato Guerra, Estado de México.
Entrenamientos sesgados
Expertas afirman que la generación, diseño e implementación de un método educativo en línea de calidad, puede tomar incluso un año. Caralee Adams menciona en The Hechinger Report que el profesorado debería, idealmente, contar con un entrenamiento a profundidad de semanas o incluso meses previo a lanzar un programa de aprendizaje en línea. Esta preparación debería contar con amplias estrategias para crear una enseñanza atractiva y una orientación frente a frente con las tecnologías de la Información y la Comunicación (TICs) necesarias para la experimentación de primera mano de lo que es ser un estudiante a distancia.
Idealmente, el sistema de educación temprana se habría adherido a los requerimientos necesarios para crear un programa funcional, pero dadas las circunstancias, más de 124,000 escuelas en Estados Unidos han tenido que establecer medidas sobre la marcha. La mayoría de los docentes tuvieron tan solo un acercamiento de unos cuantos días a las herramientas básicas de instrucción remota. “El mayor problema es que no hay suficiente tiempo para realmente hacer la capacitación que un docente necesita para entender cómo enseñar en línea”, dijo Jennifer Mathes, directora ejecutiva interina del Consorcio de Aprendizaje en Línea. “Ha sido mucho de resolverlo por nuestra cuenta”, agrega Schloemer, de 49 años, que trabaja en la escuela primaria Riverside.
Apoyo en casa como parte fundamental
El reporte de Class Tag mencionado anteriormente, expone ciertos puntos cruciales que se deberían implementar a la hora de incluir a las familias dentro del sistema educativo remoto:
Habilitar el acceso para todas las personas: ya que muchos hogares quedan sin acceso a computadoras, utilizar medios como mensajes te texto SMS, correo electrónico, aplicaciones o web, son un requisito previo para una transición exitosa.
Validar la comunicación con las familias: es fundamental que las familias comiencen a recibir información de inmediato una vez que se agrega su información de contacto.
Superar las barreras del idioma: el apoyo de las familias en las que su primer idioma no es el inglés, es una prioridad.
Compartir documentos y enlaces: de fácil acceso y múltiples formatos.
Iniciar una colaboración bidireccional interactiva: en un entorno remoto, no basta con expulsar información, el profesorado necesita un ciclo de retroalimentación efectivo con la capacidad de las familias para responder a anuncios o actividades.
Compartir videos y / o transmisiones
Igualmente, la Secretaría de Educación Pública de México (SEP), dice confiar en que las familias se apoyen en contenidos diseñados para establecer rutinas diarias en el hogar durante el confinamiento. Sin embargo, Germán Pérez, psicopedagogo y catedrático de la Universidad Pedagógica Nacional (UPN), mencionó que la educación a distancia representa un reto para los padres de familia, pues no sólo deben dedicar un tiempo para la orientación de sus hijos e hijas, sino también en las tareas diarias del hogar y el trabajo.
“Nuestra recomendación es que las escuelas hagan una pausa por un minuto y tomen un par de días para pensar en la experiencia de aprendizaje que desean crear”.
Lamentablemente, ni semanas de preparación en materia de educación en línea, ni docentes expertos en TICs, podrán hacer frente a una realidad inevitable: la brecha digital que aísla al alumnado sin acceso a internet. “Me preocupa cuánto va a exacerbar la inequidad que ya existe”, explica el profesor Aric Foster de 41 años. Miles de estudiantes provenientes de zonas rurales, se encontrarán totalmente desprovistos de herramientas para su aprendizaje, situación que se encuentra fuera de las manos de nuestros docentes.
Las expectativas no cumplidas en el área de educación temprana nos obligan a cuestionarnos si la continuación ininterrumpida del ciclo escolar es la mejor opción para el sistema educativo global actual. “Nuestra recomendación es que las escuelas hagan una pausa por un minuto y tomen un par de días para pensar en la experiencia de aprendizaje que desean crear”, aclara Culatta, quien forma parte del Covid-19 Education Coalition. Por otro lado, es necesario señalar que nuestros profesores y profesoras se encuentran en una situación nunca antes vista, y la colaboración oportuna de todos aquellos que conforman el sistema educativo es necesaria. Eric Hudson, director de aprendizaje y diseño de Global Online Academy, dijo que debería haber una sensibilidad a los desafíos que enfrenta el profesorado y “una expectativa manejable de lo que es posible” a medida que se adaptan a las lecciones en línea mientras mantienen relaciones con sus estudiantes.