sindrome de la impostora
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Siete tipos del síndrome de la impostora, ¿te reconoces en alguno?

Cuanto mayor es el éxito, mayor es la duda. Así es como resumen las autoras Elisabeth Cadoche y Anne de Montarlot este fenómeno en su libro (2021) El síndrome de la impostora. ¿Por qué las mujeres siguen sin creer en ellas mismas?”.

Durante mucho tiempo, las mujeres hemos sido víctimas de leyes, ideales, imposiciones y violencia machista. Lo llamamos sistema patriarcal, lo que ha provocado que seamos criadas en la fragilidad. La falta de confianza de las mujeres es consecuencia, en buena medida, de una herencia histórica. Es el resultado de milenios de supremacía masculina, de no escuchar nuestras voces, nuestra intuición.

¿Todas padecemos el síndrome de la impostora?

Pues… depende. Tradicionalmente, en la casa, en el colegio y en los círculos donde nos desenvolvemos, desde niñas, se nos educa para ser bien portadas. Se valora cuando somos “sabias” y tranquilas, y se nos alecciona para buscar siempre la aprobación de otras personas. Ser una ‘niña buena’ es sinónimo de ser perfecta. En cambio, a los niños, se les tolera más los berrinches, el desorden y la distracción, en cierto modo, esta tolerancia los prepara y los conduce a la imperfección de la vida, en la cual ellos se permiten equivocarse e intentar de nuevo.

Cuando llegamos a la edad adulta, momento en el que debemos auto-afirmarnos, encontrar y hacer nuestro camino, el discurso de la niña bien portada en el que estamos inmersas, no nos ayuda a navegar de una manera sana por nuestro día a día.

¿Por qué las mujeres siguen sin creer en ellas mismas?

“¿Por qué en el colegio las chicas creen que no han estudiado lo suficiente y en cambio los chicos piensan que «el examen era muy difícil»? ¿Por qué en la actualidad, aunque las estadísticas continúen mostrando que ellas sacan mejores notas, sigue faltándoles confianza (cosa que además influirá profundamente en su desarrollo profesional)? ¿Por qué la mayoría de mujeres sienten que son un fraude en su trabajo y que sus éxitos son sólo fruto de la buena suerte? Esto es lo que se conoce como el síndrome de la impostora: una falta de autoestima que te lleva a dudar constantemente de tu potencial.“

Con estas preguntas, las autoras del texto “El síndrome de la impostora. ¿Por qué las mujeres siguen sin creer en ellas mismas?nos pican la curiosidad para comenzar a leer. Ellas realizaron una investigación extensiva sobre las causas y consecuencias de la falta de autoestima en niñas y mujeres.

Esta obra tiene fundamentos principalmente en las investigaciones de la doctora Valerie Young, experta en el tema del síndrome de la impostora. Gracias a previos trabajo de Young, entrevistas a decenas de mujeres y recopilación de más estudios, las autoras pudieron reconocer e identificar siete tipos de síndrome de la impostora.

  1. La perfeccionista
  2. La experta
  3. La independiente
  4. La superdotada
  5. La mujer maravilla
  6. La entregada 
  7. La falsa confiada.

Tipologías

1. La perfeccionista

Es una de las tipologías más frecuentes en nosotras. Sucede cuando no nos permitimos fallar ni una vez, y si llegamos a hacerlo, por más minúsculo que sea el error, nos provoca una sensación de fracaso y, por consiguiente, de vergüenza.

Llegamos a tener la sensación de no estar nunca a la altura, se piensa que nunca somos lo suficientemente buenas, ya sea en el ámbito profesional o en otros aspectos de la vida.

Adoptar el perfeccionismo como técnica para llevar el día a día, se convierte en el combustible perfecto que intensificará las convicciones de impostora.

¿Alguna vez te has dicho a ti misma: ¿“Ya lo he logrado antes, si no puedo ahora, no es porque no tenga la capacidad, sino porque no he dado el 100%  de mi misma”? Esta mentalidad provoca una nueva falta de confianza en nosotras mismas, y más tarde, agotamiento, que pondrá en peligro cualquier intento de tener éxito.

2. La experta

Es aquella que antes de aventurarse a intentar algo diferente, tiene que tener una visión completa y dominar cualquier tema.

Se convierte en la eterna estudiante de su vida, puesto que cree que nunca sabe lo suficiente.

En lugar de reconocer que tiene experiencia suficiente, la cual aumentará conforme progrese en la empresa, prevé lo que podría faltarle.

3. La independiente

Para la mujer independiente, si se asigna una tarea, tiene que hacerla hasta el final. De la “A a la Z”. Y lo tiene que hacer ella sola. Cree que así debe ser siempre, entender y obtener todo por si misma.

Pedir ayuda es una señal de debilidad y es motivo de vergüenza.

4. La superdotada

Ellas se preocupan, no sólo en tener éxito, sino también de cómo y cuándo. Para la superdotada, la competencia se mide en términos de facilidad y rapidez.

Necesita saber y dominar un tema o habilidad, y si no es capaz de lograrlo en su primer intento, siente que ha fracasado. Para ella, el fracaso equivale a la vergüenza.

5. La mujer maravilla

La mujer maravilla, mide sus capacidades y valor, por el número de cosas que asume bajo su responsabilidad. Cumple con decenas de roles a la vez; madre, esposa, ama de casa, amiga, trabajadora, voluntaria, etc. Para ella, es esencial realizar todas las tareas en tiempo y forma, de no poder hacerlo, -porque es humana-, se siente avergonzada de sí misma.

La mujer maravilla se acerca a la perfeccionista, a diferencia de la primera, tiene más responsabilidades, roles y funciones. Tener éxito en un solo ámbito no la satisface. Necesita sobresalir en cada uno de los papeles que se atribuye para poder sentirse competente y valiosa.

6. La entregada

Hablamos de mujeres que manifiestan una actitud de devoción a otras personas, la mayoría de veces, llegan incluso, hasta el sacrificio y la victimización. Escucharse a sí misma pasa a un segundo plano; el miedo a decepcionar se vuelve dominante.

La entregada permanece siempre en segundo plano, sus necesidades no son importantes, ya que desea atender y resolver los problemas del mundo externo antes que los de ella. Esta tipología es muy común en madres.

7. La falsa confiada

¿Eres una mujer que disfruta de los elogios, tienes una confianza desbordante pero cuando no recibes cumplidos pones en duda tu valor? No te preocupes, a muchas nos pasa lo mismo.

Las falsas confiadas, son mujeres muchas veces exitosas dentro del ámbito laboral, así como en sus relaciones románticas, familiares y de amistad. Son aquellas que parecieran tener un balance en su vida. Sin embargo, consideran que el éxito no es reflejo de una buena autoestima y confianza en sí mismas.

Sentimos una especie de confianza mientras conseguimos que los demás nos aprecien, gracias a la imagen que tienen de nosotras. Además, existe este deseo insaciable de agradar y ser aceptada. La falta de aprobación puede poner todo en duda y quebrar nuestra confianza.

¿Cómo podemos despedirnos de la impostora?

El síndrome de la impostora no se mantendrá con nosotras hasta el final de nuestros días, amén. Primero, necesitamos prestar atención a nuestras acciones, cómo interactuamos con las personas a nuestro alrededor, a nuestros sentimientos y después de esta introspección, buscar ayuda psicológica.

Entender la manera en que el dominio masculino nos ha afectado individualmente, nos dará una visión de lo que hemos sufrido como colectivo de mujeres.

Las autoras Adoche y Montarlot (2021) coinciden que:

El esfuerzo reside en un hecho colectivo: cambiar la sociedad en la que vivimos, cambiar radicalmente las condiciones de trabajo, la educación. No podemos vivir en una sociedad en la que una minoría de las mujeres accede a cargos importantes, donde la gran mayoría se atiene a sus funciones, sus salarios y sus puestos totalmente resignadas y en profesiones menos valoradas —erróneamente—, como la salud, la educación, lo social…


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