La cultura japonesa siempre se ha destacado por ser atípica o incluso excéntrica, desde sus estilos de vestimenta hasta su música, se clasifican en muchos géneros y subculturas, y cada una tiene su propia historia y un sector de fans muy establecido.
La música japonesa es versátil en toda la extensión de la palabra, desde J-pop, la derivación del pop japonés, hasta Vocaloids, hologramas que cantan gracias a una aplicación software de síntesis de voz, y una de esas tantas variantes es el City Pop.
Este subgénero del J-pop surgió en las décadas de 1970 y 1980, del siglo pasado; fusiona elementos del Pop, Rock, Funk, Jazz y R&B. Se caracteriza por su estilo fresco y burbujeante, que reflejaba la vibrante vida urbana y la prosperidad económica de japón en ese periodo.
Tres recomendaciones de música japonesa
Estos son tres artistas que valen completamente la pena escuchar:
Lamp
Con un origen tan acogedor y familiar como el grupo, Lamp es una agrupación independiente creada en el 2000. Cuando era un estudiante de secundaria, Taiyo Someya empezaba a tocar la guitarra, se inscribió en el club escolar de música, donde se hizo amigo de Yusuke Nagai, ya que ambos compartían el amor por la música de los 60. Durante la universidad un amigo le presentó a Kaori Sakakibara y entonces se creó Lamp.
Escribían canciones juntos, y después de tener suficientes canciones para un demo, en el 2001 dieron su primer show en un pequeño bar, y desde entonces no han parado de sacar música. Se caracterizan por sus melodías melancólicas y letras poéticas, y han sido conocidos por su cálido estilo nostálgico y su habilidad para evocar emociones profundas a través de su música.
Momoko Kikuchi
Momoko Kikuchi es un icono de la cultura pop japonesa, se ha destacado por sus trabajos como Idol y ha lanzado varios sencillos y álbumes que han sido bien recibidos en Japón. Además de su carrera musical, Momoko ha participado en dramas y películas, consolidándose como una figura versátil en el medio. Su música es burbujeante y representa perfectamente el verano que todos los adolescente japoneses vivieron en los 80 del siglo pasado, y es recordada como una de las más grandes figuras de la cultura pop que ha tenido Japón.
Taeko Onhuki
El 28 de noviembre de 1953 nació Taeko Onhuki. De su padre podemos decir que era un miembro de las unidades especiales de ataque de japón, y por su parte podemos afirmar que es una de las más grandes cantantes japonesas que el mundo ha visto.
Taeko Ohnuki es una cantante y compositora; a los 20 años empezó su carrera musical participando en Sugar Babe, un grupo conformado por ella y otros cuatro entusiastas de la música. Pero debido a que el estilo de música predominante de esa época era el Hard Rock, no obtuvieron mucho reconocimiento, y se disolvieron tres años después.
En 1976 después de la disolución de Sugar Babe, Taeko lanzó su primer álbum como solista: Gray Skies. Éste seguía teniendo su mismo tipo de sonido que el grupo al cual pertenecía.
Su segundo álbum, Sunshower fue lanzado al año siguiente. Éste tenía un estilo diferente, el cual mezclaba música pop y jazz.
Se dice que en ese tiempo, la cúspide de la adolescencia japonesa era que tú y tu grupo de amigos tuvieran un auto, y que condujeran por las ajetreadas y brillantes calles de japón, escuchando en sus estéreos los clásicos de Taeko Onuki, siendo su canción más conocida, 4: A.M.
La música de Taeko Ohnuki se caracteriza por sus melodías sofisticadas y arreglos complejos que incorporan elementos de Jazz, Bossa Nova, y música clásica. Su voz suave y distintiva, junto con su habilidad para componer canciones líricas y melódicas, la han convertido en una figura destacada del City Pop y la música japonesa en general.
Taeko Onuki es reconocida por la sociedad japonesa como la más grande expositora del City Pop, y su influencia se puede sentir en la música de muchos artistas contemporáneos y ha ganado una nueva audiencia internacional con el resurgimiento del interés en el City Pop en la última década.