En esta ocasión tuvimos la oportunidad de platicar con Alí Ramsell García, un joven cancunense de 24 años de edad que se quedó atrapado en Perú después de que cerrarán fronteras sin previo aviso.
Su vuelo salió del Aeropuerto Internacional de Cancún el 14 de marzo a Perú. Él nos cuenta que al llegar a Lima lo recibieron sin ningún problema, aún había turistas llegando. Al día siguiente se fue de tour a Huacachina, un sitio en donde puedes visitar un desierto. Terminando llegó a su hotel, se fue al bar y ahí fue cuando la pesadilla empezó.
ATRAPADO EN PERÚ
El domingo 14 de marzo, el Presidente de Perú, Martín Alberto Vizcarra hizo el decreto de estado de emergencia y dio un plazo de 24 horas para que los turistas pudieran volver a sus países de origen. En ese momento, la mayoría de los huéspedes empezaron a buscar vuelos desesperados. Alí le marcó a su familia y a un amigo que igual estaba de vacaciones en Perú.
Muchos se fueron directo al aeropuerto, pero no podían hacer nada, porque solo dejaban entrar a las personas que ya tuvieran su boleto comprado con antelación. Un verdadero caos. Alí nos cuenta que él prefirió tomar un autobús al día siguiente a Lima, porque esta ciudad tienen uno de los aeropuertos más grandes del país inca.
Varios vuelos los empezaron a vender a $30,000 o $50,000 pesos, y había personas que los compraban. Todo estaba saturado: el Internet, líneas telefónicas, y las líneas aéreas no contestaban.
HOSPEDAJE EN LIMA
Al llegar a Lima buscó hospedaje, se instaló y compró super porque no sabía cuánto tiempo iba permanecer en esa ciudad. El vuelo que tenía de Latam a Cuzco al día siguiente lo perdió, pero eso ya no era importante, buscó un hostal en el que permaneció dos semanas.
El miércoles 18 de marzo, Interjet había anunciado que haría un vuelo humanitario para los mexicanos. Alí, al tener vuelo de esa compañía, confió en ellos y fue al aeropuerto, pero no los ayudaron y se quedaron ahí de las 8:00 am a las 10:00 pm.
“Había muchos mexicanos se quedaron todo el día afuera, no los dejaban pasar al aeropuerto y se quedaron en la calle. El vuelo humanitario no tuvo nada, ya que la mayoría los habían vendido”.
En Perú establecieron un toque de queda de 8 pm a 5 am. Otra cosa que le llama la atención es que las medidas de Perú son 10 veces más estrictas que en México. Solo podías salir por cosas de primera necesidad.
“Si salías a esas horas te podían arrestar y llevarte a la cárcel”
BUSCANDO AYUDA
Al día siguiente fue a la Embajada Mexicana y expuso su caso, ahí lo pusieron en la lista de espera porque le estaban dando prioridad a los niños y adultos mayores.
Con los mexicanos que estaban en Lima crearon un grupo de WhatsApp. La familia de Alí igual presionaba a la Secretaría de Relaciones Exteriores.
“No puedes irte a pelear todos los días a la Embajada de México, había pocos taxis y los que salían eran muy caros, muchos retenes que te podían levantar. No había nada abierto, ni comercios o restaurantes”
Se fue al hostal a esperar. Nos cuenta que estuvo bien estar ahí, las personas eran muy amables y había turistas de todo el mundo que les había pasado lo mismo. Al pasar los días se volvieron amigos para distraerse del aislamiento, actualmente se sigue comunicando con ellos.
EL REGRESO
Después de dos semanas en Lima, Perú, el gobierno mexicano empezó a ayudar, después de la aplicación del estado de emergencia en Perú, dice que México fue uno de los primeros en reaccionar.
Mandaron 3 vuelos de Magnicharters para rescatar a los mexicanos en Perú completamente gratuitos. Los llevaron a una base militar y los revisaron. Salió de Lima haciendo escala en Panamá, para después llegar a la Ciudad de México, regresando el 28 de marzo, llegó en la tarde-noche y al día siguiente viajó a Cancún.
Nos cuenta que toda la cuarentena en Perú, se mantuvo con sus ahorros y que todos sus familiares, amigos y conocidos le mostraron apoyo.
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Actualmente se encuentra en su casa realizando la cuarentena, pero sí se dio cuenta de cómo en otros países se han puestos más severos con las restricciones que hay para la población. Una experiencia que recordará para toda la vida.