el rosa es para las niñas y el azul para los niños
el rosa es para las niñas y el azul para los niños

¿Desde cuándo el rosa es para las niñas y el azul para los niños?

Probablemente hayas oído por ahí que en los tiempos de príncipes y princesas, el rosa era considerado un color varonil y el azul uno femenil. Historias de vírgenes y mujeres de la realeza utilizando velos y vestidos azul celeste que reflejaban la “pureza” de sus almas. Sí, esto ya lo sabemos, pero ¿es esto cierto?, ¿desde cuándo el rosa es para las niñas y el azul para los niños?

Bueno, pues todo se remonta desde el siglo XIX en Estados Unidos.

Azul para niñas y rosa para niños

Los colores en tonos pastel comenzaron a popularizarse para las y los bebés. Se buscaba elegir el color que complementara mejor el color del cabello y ojos de la o el recién nacido. El azul estaba destinado a ir con los ojos azules y el cabello rubio. En cambio, el rosa era para ojos marrones y cabello castaño.

Por esto, el azul era para niñas, ya que se percibía como un color delicado, mientras que el rosa denotaba “fuerza” por lo que se le asignaba a los niños.

Según el sitio Smithsonian.com, el cambio hacia el rosa y el azul ocurrió gradualmente. Durante siglos, todas y todos los niños habían usado vestidos blancos que resultaban prácticos ya que podían ser levantados para cambiar pañales con facilidad.

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Franklin Roosevelt utilizando un vestido de bebé.

La ropa para bebé en colores pastel se introdujo a mediados del siglo XIX, pero según la historiadora de la Universidad de Maryland, Jo B. Paoletti, autora de Pink and Blue: Telling the Girls From the Boys in America, los colores no eran específicos de género al principio.

El boom de bebés durante los 40’s

Los años pasaron, y en la década de 1940, fabricantes de ropa se decidieron por el rosa para las niñas y el azul para los niños. La generación de Baby Boomers se criaron con el uso de los dos colores.

También, se cuenta por ahí que el rosa se convirtió en un color femenino al ser una gama del rojo. El rojo, un color romántico, combinaba perfecto con las mujeres quiénes eran (somos) vistas como más emocionales.

Debido al movimiento de liberación de la mujer, a finales de los sesenta y setenta se puso de moda más ropa de bebé unisex. Pero las feministas de esa época no pudieron cantar victoria ya que el rosa y el azul regresaron a mediados de los 80, con el desarrollo de las pruebas prenatales.

Una vez que madres y padres averiguaban si iban a tener un niño o una niña, podían equipar el cuarto del bebé con el color “apropiado”.

Los fabricantes de ropa y artículos de bebé también empujaron la moda después de darse cuenta de que madres y padres adinerados comprarían un conjunto completamente nuevo de productos para bebés una vez que supieran el sexo de la nueva personita.

Desde un punto de vista de marketing, esto tiene sentido. El sociólogo Philip Cohen, explica durante una entrevista para la revista Life que:

“Esto sucedió durante una época en la que aparecía el marketing masivo. […] como técnica de marketing, si los minoristas pueden convencerlo de que ser de género normal significa que necesita comprar un determinado producto (cosméticos, cirugía plástica, ropa azul o rosa, etc.) simplemente tiene sentido desde una perspectiva de producción o marketing masivo “.

No fue sino hasta después de la Segunda Guerra Mundial que la convención moderna (rosa para las niñas, azul para los niños) comenzó a dominar y, aun así, no “cuajó” hasta la década de 1980.

Influencia que viajó desde Francia

En cuanto a por qué una combinación de color y género llegó a dominar sobre la combinación opuesta, la investigadora americana, Jo Paoletti, sostiene que la regla que usamos hoy puede reflejar la influencia de la moda francesa.

La cultura tradicional francesa combinó el rosa con las niñas y el azul con los niños (mientras que la cultura belga y la católica alemana usaron lo contrario), y debido a que Francia marcó la moda en el siglo XX, su tradición prevaleció hasta el día de hoy.

Las fiestas de revelación de género

Últimamente, las “Fiestas de Revelación de Género” o Gender Reveal Party se han popularizado reforzado la regla de “el rosa es para las niñas, el azul es para los niños”.

Asignar colores a las y los bebés refuerza un papel en el que se supone que deben crecer y adaptarse. Solo hay dos colores, lo que también hace cumplir que solo hay dos géneros que puedes explorar y reclamar.

La artista coreana JeongMee Yoon exploró los extremos de la codificación de colores de género en su actual Proyecto Pink & Blue. En sus fotos, las niñas y los niños parecen estar aprisionados por el color.

Yoon comenta que,

“Las diferencias entre los objetos de las niñas y los de los niños también se dividen y afectan sus patrones de pensamiento y comportamiento. Muchos juguetes y libros para niñas son de color rosa, morado o rojo, y están relacionados con el maquillaje, la vestimenta, la cocina y los asuntos domésticos. Sin embargo, la mayoría de los juguetes y libros para niños están hechos de diferentes tonos de azul y están relacionados con los robots, la industria, la ciencia, los dinosaurios, etc.”

 

Utilizar los colores para reforzar el binarismo de género es algo muy del año del caldo. Si deseamos construir sociedades con menos estereotipos, menos sexismo y menos prejuicios, debemos por comenzar por dejar atrás ideas que refuerzan los roles de género. Deja que tu hija o hijo decida cómo vestirse, otórgale la libertad de disfrutar su infancia y descubrirse a través de la exploración de su autonomía.


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