La selva seca o semihúmeda es un lugar propicio para encontrar el árbol de ceiba, fácil de distinguir en la Península de Yucatán. Es uno de los más grandes en la América tropical y llega a medir hasta 70 metros de altura. Aunque normalmente ronda entre 20 y 40 metros.
El árbol de ceiba tiene una copa redondeada o plana, es amplia, de hojas palmado compuestas, un tronco en forma de cilindro grueso y recto, con espinas cónicas puntiagudas, de flores perfumadas blancas o rosadas y que florecen de diciembre a marzo.
También tiene un fruto conocido como pochote, de hasta 19 cm; es duro con semillas oscuras y globosas rodeadas de algodón, el cual les permite volar con el viento, para crecer dispersas en otros sitios.
El árbol de ceiba y el universo maya
El Popol Vuh, libro sagrado maya, cuenta que los dioses creadores, en cada uno de los rumbos del cosmos (los puntos cardinales), sembraron un árbol de ceiba, conocido por los mayas como yaxché (árbol verde). Dichos rumbos del cosmos se veían en una plancha cuadrangular dividida en cuatro sectores.
Después sembraron otro árbol de ceiba mayor al centro: La gran madre ceiba, “primer árbol del alimento” (yax imix che). Este sostiene el universo; es la unión que comunica los tres niveles de la cosmología maya:
- Oxlahuntikú (plano celeste o superior): Son las ramas y hojas del árbol de ceiba. Está formado por 13 niveles gobernados por los Oxlahuntikú, considerados 13 y una sola deidad al mismo tiempo. Mientras en la cima del árbol, habita el origen de todos los dioses en forma de un quetzal celestial.
- Itzam Cab Ain (plano terrestre). Es el tronco del árbol, lugar en donde habitan los hombres, representado generalmente, la superficie de la tierra como el lomo rugoso de un caimán, visto como sagrada divinidad que encarna lo cósmico y lo terrenal. La tierra es una deidad que permite sobrevivir a los mayas.
- Xibalba (inframundo). Sus raíces que penetran el inframundo, ahí habitan los nueve señores de la noche o Bolon-Ti-Kú, cuidando cada uno un nivel. Los cuales se relacionan con enfermedades y muerte para los seres vivos. Entre ellos se encuentra Itzamná, dios nombrado jefe del panteón maya.
Esta historia nos cuenta la creación y origen del hombre en la cultura maya, une al ser humano con la ceiba, como madre de la vida si uno muere. Incluso en lugares como Guatemala aún se debe pedir permiso a los dioses para cortarlo y es considerado “Árbol Nacional”.
Usos de la ceiba
Su madera se ha utilizado para la fabricación de canoas, balsas y cajas de empaque. También, en ocasiones se utiliza para juguetes, artesanías y artículos torneados, entre otros.
Sus frutos secos y semillas tostadas son comestibles en algunos guisos, al igual que su aceite, para elaborar jabones.
En cuanto al algodón que cubre estas semillas, conocido como kapok, se llega a utilizar como aislante térmico y acústico en cámaras frigoríficas y aviones. Además, sirve para rellenar colchones, almohadas, chamarras, se transforma en hilo y ocasionalmente se usa como combustible. No hay que dejar de lado el uso ornamental del árbol de ceiba en áreas verdes de zonas urbanas.